Seguro que has oído que si tu bebé está de nalgas lo más seguro es que te lleves una cesárea en lugar de un parto. Sin embargo, existe una opción para que eso cambie: la versión cefálica externa.
Durante el embarazo piensas, planeas y casi siempre te preparas para un parto vaginal estupendo y sin complicaciones.
Pero, a veces, tu bebé tiene otros planes y te altera toda la planificación sentándose dentro de ti (con el culo para abajo) en lugar de prepararse para la salida. Y si ese es tu caso, quizá hayas oído hablar de las versiones externas o versiones cefálicas externas.
Te cuento lo que son, cuándo se pueden poner en práctica y cuándo no para que puedas valorar y decidir lo que quieres hacer.
¿Qué es la versión cefálica externa?
Como te decía, una versión cefálica externa es lo que hacemos algunos ginecólogos para que tu bebé pase de estar de nalgas a estar como debería.
Es una maniobra manual sencilla que busca que tu bebé se gire y ponga la cabeza orientada hacia abajo, es decir, hacia el canal del parto.
Por tanto, el objetivo de esta maniobra es conseguir un parto vaginal o por lo menos que puedas intentarlo (ya sabes que, en medicina, las cosas no son blancas o negras, hay toda una escala de grises y colores entre medias).
¿A quién va dirigida la versión externa?
Puede parecer que la versión cefálica externa (a veces nos referimos a ella como VCE) no está indicada en todos los casos. Sin embargo, cualquier embarazada cuyo bebé esté mal posicionado puede y debe ser valorada para una VCE.
Porque su objetivo, como bien supondrás, es evitar una cirugía mayor (como es una cesárea) y que puedas intentar un parto vaginal.
Dicho esto, hay ciertas condiciones del embarazo (de la madre o del bebé) que van a contraindicar una versión: unas que directamente lo descartan y otras en las que no queda descartado pero tienen ciertas consideraciones.
Contraindicaciones para una versión cefálica externa
De las que, directamente, tachan la versión como una alternativa para ti:
- Tener un embarazo múltiple
- Alteraciones anatómicas del útero (tabiques, malformaciones…)
- Malformaciones fetales mayores
- Cirugía uterina que contraindique el parto
- Patología fetal o materna grave
- Placenta previa (que directamente contraindica el parto vaginal)
- Feto muerto
- Isoinmunización Rh
Contraindicaciones relativas
Hay otros casos en los que no está totalmente contraindicada la maniobra, pero existe un discreto aumento de riesgo de complicaciones o disminución de las posibilidades de éxito.
Si es tu caso, habrá que estudiarlas más en detalle y ver qué es lo que te conviene más:
- Tener una cesárea anterior
- Tener el líquido amniótico disminuido
- Un feto pequeño para la edad gestacional
- Rotura prematura de membranas
- Presencia de contracciones
- Alteraciones de la coagulación
Como te decía, tener alguna de ellas no significa que la versión cefálica quede totalmente descartada, pero sí que habrá pros y contras por hacerla.
Entonces…, ¿es frecuente que mi bebé se coloque de nalgas para el parto?
En realidad no, lo que pasa es que, como todo en esta vida, se suele hablar más de los casos excepcionales que de los que van como la seda.
Porque el porcentaje de niños que se colocan en una postura no cefálica (de nalgas, de costado…) es de más o menos un 6-7%.
Así que el 94% de las mujeres se evitarán tener que pensar en una versión cefálica como esta.
¿No se puede parir de nalgas?
La respuesta rápida es que no.
Los riesgos de un parto de nalgas superan con mucho a los beneficios y casi nadie está ya dispuesto a aceptar el riesgo. No solo eso, sino que somos pocos los obstetras que estamos formados para hacerlos.
Hace años hice unos cuantos (y todos salieron bien), pero los estudios y las recomendaciones obstétricas son cada vez más claras al respecto: no merece la pena arriesgarse.
¿Cuándo se hace una versión?
Cada servicio de obstetricia y ginecología tiene (o debe tener) su propio protocolo para realizar el procedimiento de las versiones externas, pero hay algunas cosas que suelen ser comunes.
Por ejemplo, que una versión cefálica externa no debe hacerse antes de que tu bebé esté maduro para nacer, es decir, que debe hacerse a término.
Esto es a partir de la semana 37 de embarazo.
Porque, querida lectora, uno de los riesgos de una versión (como verás más adelante) es que el bebé nazca (o deba nacer) después de la versión. Retrasando la versión hasta las últimas semanas evitamos que nazca un bebé prematuro.
¿Dónde se hacen las versiones externas?
Esto sí va a depender del servicio: en algunos se hace en la propia consulta o en urgencias (sobre todo en casos de bajo riesgo de complicaciones y con muchas posibilidades de éxito).
Otros servicios, como del que yo soy responsable, las realizamos en quirófano bajo anestesia regional (anestesia raquídea) o con una sedación leve. De esta forma disminuimos las molestias de las maniobras para la madre y mejoramos la tasa de éxito.
En algunas ocasiones también se puede administrar un relajante uterino para que este no ofrezca resistencia a las maniobras.
¿Cómo se hace una versión cefálica externa?
Explicarlo es bastante sencillo, la verdad: una versión cefálica externa se basa en localizar la cabeza y las nalgas del bebé (desde fuera de la tripa) y en intentar que de una voltereta.
Si este movimiento se realiza hacia delante se le llama forward-roll y si es hacia detrás back-flip, tal y como llamarías a unas volteretas, (¡porque eso es lo que son!).
En la práctica, sin embargo, no es tan sencillo como suena.
Siempre lo hacemos monitorizando y controlando ecográficamente al bebé, para asegurarnos de que su estado es siempre óptimo durante el procedimiento. Él es el que manda y si decide que no es lo suyo, las maniobras se paran.
Una vez terminada la versión mantenemos la monitorización fetal durante un tiempo largo (habitualmente 2 horas) y si todo va bien (que es lo más normal) te irás a casa a esperar a que se desencadene el parto por sí solo.
¿Qué riesgos tienen las versiones cefálicas?
A pesar del nombre que tiene, es un procedimiento con muy pocas complicaciones (tanto maternas como fetales), sobre todo en manos de especialistas con experiencia.
Lo que más solemos ver es que, con el giro, el bebé modifique su frecuencia cardiaca con un descenso (bradicardia). La mayoría de las veces es transitorio, por el cambio de postura, y se recupera espontáneamente.
Y en mucha menor medida lo que se puede ver es una rotura prematura de membranas, un sangrado placentario o alguna alteración persistente el registro fetal (vamos, que ese descenso de frecuencia no se recupere, por ejemplo).
Es ahí cuando realizamos una cesárea urgente y, por eso, yo siempre hago las versiones en quirófano (y a partir de la semana 37). No porque sea habitual (nuestra incidencia de cesáreas urgentes es de menos del 2%), sino porque es mejor estar 98 veces en el quirófano sin tener un problema que 2 veces fuera de él y teniendo ese problema
En resumen
Resumiendo, la versión cefálica externa es una opción muy segura para evitar una cesárea en el caso en el que tu bebé se haya puesto de nalgas.
Hacer la versión no te garantiza un parto vaginal (los bebés a veces se dan la vuelta otra vez…), pero al menos te va a dar la oportunidad de intentarlo.
Eso sí: debe hacerse en manos experimentadas y a partir de las 37 semanas para no aumentar el riesgo de complicaciones y que en caso de que las haya (esa cesárea de la que hablamos) todo fluya de la mejor forma.
Y ahora que ya lo sabes todo sobre la versión externa, podrás decidir mejor si quieres o no pasar por ella.
Tengo una newsletter en la que hago lo que mejor se me da hacer: hablar de esas cosas de mujeres que tanto preocupan y tan poco se hablan. Arrojo luz sobre todos los miedos, mitos, bulos, vergüenzas y otras oscuridades que empañan la salud femenina. También nos reímos mucho (sobre todo Pepa, ya verás), que la risa es necesaria. · Sé que lo sabes: el contenido de esos emails no es una «consulta online» ni sustituye a una consulta ginecológica. Acude a tu ginecólogo de confianza si necesitas ayuda médica ·No estás sola
Si te ha gustado, te gustará:
Estos son otros artículos escritos y publicados bajo la categoría de Embarazo.