Una de las principales quejas que escucho en mi consulta es el dolor menstrual (también conocido como dismenorrea).
Por desgracia, el manejo clásico de la dismenorrea es bastante mediocre…, por no decir deficiente.
Sin embargo, si en lugar de utilizar los remedios habituales aplicamos una visión más integral y holística del sistema femenino, podemos acabar con la dismenorrea sin necesidad de fármacos mes a mes.
Porque, efectivamente, no es normal tener un dolor incapacitante con la menstruación, ni es nuestro destino como mujeres el sufrir cada mes.
¿Qué es la dismenorrea?
La dismenorrea se suele definir como un dolor menstrual continuo o intermitente (tipo cólico) que aparece antes o durante la menstruación. Habitualmente en la zona baja del abdomen y en ocasiones irradiado a la parte baja de la espalda.
Desde mi punto de vista, a esa definición formal le falta añadir que es un dolor que condiciona tu rutina, un dolor que te obliga a tomar algún tipo de fármaco.
Y eso, aunque sea habitual, no es normal.
La menstruación no debería condicionar los planes o las actividades de nuestro día a día.
¿Cómo trata el dolor menstrual la ginecología clásica?
Si nos ceñimos a lo que nos enseñan en la carrera, en la residencia o en la práctica clínica, cada vez que una paciente viene a consulta quejándose de tener una dismenorrea, lo que hacemos es simple: darle fármacos para el dolor.
Vamos, a dar analgésicos orales y/o anticonceptivos hormonales.
Unas soluciones que, en vez de buscar el problema, en vez de buscar la raíz de por qué tienes un dolor menstrual incapacitante, lo que hacemos es limitarnos a tratar el dolor.
Que no estoy diciendo que estos tratamientos no sean correctos. De hecho son nuestros aliados (sobre todo si queremos hacer un manejo más integrativo de la dismenorrea). Pero, no nos debemos limitar a tratar el problema.
Además de no solucionar el problema, tienen el problema de que muchos de esos tratamientos tienen por una parte efectos secundarios y por otra que no todas las pacientes podéis tomarlos.
Y aquí es donde tiene especial relevancia ir más allá y valorar una visión más global del cuerpo, más de ginecología integrativa.
¿Cómo se trata la dismenorrea de forma integrativa?
La idea aquí es, además de manejar los síntomas mientras existan, buscar el origen de ese dolor. El origen biológico.
Es decir, lo que queremos saber es que le está pasando a tu cuerpo por dentro para que tengas tanto dolor por un proceso que es fisiológico, en un proceso normal. Porque la regla no es una enfermedad, es parte del funcionamiento de nuestro cuerpo femenino.
Para eso, por ejemplo, es importante saber si el dolor ha estado siempre o es de nueva aparición. Debemos hablar y conocer todos los sistemas, físicos y psíquicos, que han podido evolucionar, cambiar o alterarse para dar lugar a ese dolor.
Porque el dolor menstrual está causado, en parte, por las contracciones uterinas durante el sangrado. Y la intensidad de esas contracciones depende de muchos factores. Por ejemplo, un factor esencial es la inflamación sistémica y aquí es donde podemos hacer microcambios de vida que supondrán una gran diferencia.
¿Qué haremos en una consulta integrativa?
Lo primero es valorar correctamente ese dolor menstrual: su intensidad, su duración, desde cuándo está presente en tu vida, desde cuándo te afecta, cuándo lo hace, cuándo no…, además de conocer ciertos valores de tu organismo (sí, una analítica).
Con esa foto inicial, valoraremos todos los ámbitos del día a día: tu alimentación, el ritmo intestinal, los cambios durante el ciclo, el sueño, el trabajo, el estrés, las relaciones sociales…
Porque, aunque no lo parezca, todas estas cosas afectan para bien o para mal al ciclo y a la dismenorrea.
Por ejemplo:
¿Qué puede estar causando ese dolor menstrual excesivo?
Estas son algunas de las causas más comunes de la dismenorrea, analizadas desde un punto de vista fisiológico e integrativo:
- Exceso de cafeína
- Estrés
- Bajo consumo de omega 3
- Déficit de vitaminas (grupo B)
- Déficit de magnesio
- Inflamación crónica (por ejemplo a nivel intestinal)
- Intolerancias alimentarias
- Exceso de estrógenos o mala degradación
Una vez que lo hemos localizado
¿Qué puedo hacer para reducir la dismenorrea?
Lo principal es que no ignores tu dolor menstrual y busques ayuda profesional si te parece que algo no está funcionando bien. Y sí, si necesitas tomar analgésicos 5 días al mes por tus reglas…, es que algo no está funcionando bien.
Pero tómatelos, sí, porque esos analgésicos clásicos y una terapia hormonal adecuada te van a ayudar.
Pero, además, en una consulta de ginecología integrativa valoraremos diferentes cambios que te pueden ayudar, como por ejemplo:
- Técnicas de meditación y relajación para disminuir el estrés.
- Fisioterapia de suelo pélvico para mejorar la parte muscular del dolor menstrual (que la hay).
- Ejercicios de fuerza moderados para a ayudar a disminuir el estrés oxidativo de tu cuerpo y por tanto la inflamación crónica de bajo grado.
- Cambios en la alimentación: disminuir la ingesta de café y aumentar la ingesta de aquellos alimentos que disminuyen la inflamación (verduras de hoja verde, frutos secos, semillas, las frutas de colores son muy antioxidantes, infusiones de jengibre, manzanilla, cúrcuma…)
- Suplementos con efecto antiinflamatorio y antioxidante natural como pueden ser: la cúrcuma, la N-acetilcisteina (NAC), resveratrol, sulfurafano…
Como ves, toda una serie de técnicas que van a ayudarte no solo a reducir la dismenorrea, sino que van a ayudar a mejorar tu salud y tu calidad de vida general.
En resumen
No, el dolor menstrual no es algo normal, ni debe ser algo que forme parte de tu vida como mujer.
Cierta molestia o notar cambios en el ciclo sí que es algo normal, pero un dolor que condiciona tu actividad diaria es una señal de que tu cuerpo necesita regulación o de que algo no está bien.
Y si lo enfocamos desde un punto de vista integrativo conseguiremos disminuir (e incluso quitar) la toma de fármacos, consiguiendo además una mejoría de tu salud general.
Sí, es un enfoque más complejo y que lleva bastante tiempo de hacer cambios y evaluar resultados, pero los resultados merecen la pena.
Tengo una newsletter en la que hago lo que mejor se me da hacer: hablar de esas cosas de mujeres que tanto preocupan y tan poco se hablan. Arrojo luz sobre todos los miedos, mitos, bulos, vergüenzas y otras oscuridades que empañan la salud femenina. También nos reímos mucho (sobre todo Pepa, ya verás), que la risa es necesaria. · Sé que lo sabes: el contenido de esos emails no es una «consulta online» ni sustituye a una consulta ginecológica. Acude a tu ginecólogo de confianza si necesitas ayuda médica ·No estás sola
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