Llevo ya un tiempo teniendo la sensación en consulta de que me falla algo en la medicina que hacemos.
Que lo que aprendemos en los libros (y en los años de práctica) no me sirve para algunos problemas que veo con vosotras.
Y no es un problema solo de la ginecología.
El futuro está en la medicina integrativa
Este problema, como te digo, es uno que llevo años notando en otras especialidades de las que he tenido que echar mano (por temas profesionales y, sobre todo, personales).
Y es que a veces los médicos especialistas hacemos lo siguiente:
- ¿Qué síntoma tienes?
- Toma esta pastilla.
- ¿Te funciona?
- ¿Si? Perfecto, la mantenemos para siempre.
- ¿No? Cambio de pastilla o te opero y muerto el perro se acabó la rabia.
- ¿Sigue el problema? Mala suerte, vive con ello.
Que no lo digo por decir, a mi marido le diagnosticaron una enfermedad crónica y le pusieron una medicación crónica también hace 7 años y, ahora (con un nuevo médico con visión más amplia) resulta que no solo puede dejar la medicación, sino que está curado.
Y por eso creo que el futuro está en la medicina integrativa.
Considero que para hacer bien mi trabajo no puedo limitarme a la ginecología: cada mujer es un cuerpo completo, no solo unos genitales con el problema que sea.
Los avances en medicina nos están super-especializando y acabamos sabiendo muchísimo, sí, pero de una parte pequeñita. Y a veces olvidamos cómo se integra lo nuestro con lo de los demás o cómo afecta un, por ejemplo, desajuste digestivo con una infección vaginal.
De hecho, cada vez que un amigo me consulta algo médico, siempre le hago la misma broma: «uy, es que si no tienes chichi no tengo ni idea».
Que es llevarlo al absurdo, sí, pero no está tan alejado de la realidad.
Verás, en los tiempos de Avicena, los médicos sabían de todo (de lo poco que se sabía) y esto les hacía integrar un órgano con otro, un sistema con otro y les hacía tratar al paciente como un todo. Ahora, muchas veces, somos incapaces hasta de pensar en que otros órganos puedan influir en nuestra especialidad.
Esta inquietud es la que me llevó a descubrir la medicina integrativa y, más en concreto, la ginecología integrativa.
¿Qué es la ginecología integrativa?
Dicho rápido y fácil, la ginecología integrativa es una forma diferente de hacer medicina. La idea es valorar el cuerpo completo y no por órganos.
No pretendo decir que no haya que tomar fármacos para tratar enfermedades, ni que tomar agua de mar cure el cáncer, ni mucho menos. Pero creo que volver al origen biológico de nuestros cuerpos puede ayudarnos a hacer tratamientos más efectivos.
Eso es exactamente lo que busco en mi consulta de ginecología integrativa: valorar el cuerpo como un todo para descubrir de dónde viene el problema. Porque no nos olvidemos de que las medicinas no curan, sino que tratan un síntoma.
Para curar tenemos que irnos al origen y, de alguna forma (o con alguna medicina, cambio de hábito, de microbiota, de…) arreglar el problema de raíz.
Te pongo un ejemplo: si encontramos el origen biológico de un dolor menstrual demasiado grande y lo tratamos, podremos mejorar la calidad de vida de la paciente sin necesidad de tomar algo extra en cada regla.
La idea es estudiar cada caso concreto de forma individual, valorar la alimentación, los micronutrientes, la microbiota, el sueño, la psicología y el cuerpo para, uniendo todo esto, encontrar la mejor de las opciones de tratamiento.
Porque todo puede influir en tu salud ginecológica, no solo tu aparato reproductor.
El problema (y por lo que creo que la medicina integrativa no está todavía muy extendida) es que eso implica que hay que estudiar cada caso de forma individual y es mucho más difícil generalizar entre pacientes.
Por eso tengo una consulta de ginecología integrativa en Madrid, en Boadilla del Monte, específica para estos casos. Porque con los diez minutos de una consulta estándar no tenemos suficiente.
Pero, eso sí, el impacto que tiene en la salud es a largo plazo y no solo en la salud ginecológica.
¿Qué herramientas utilizamos en ginecología integrativa?
Aunque te parezca una tontería, la principal herramienta que tenemos en consulta para ejercer la medicina integrativa es el tiempo.
Es muy importante que podamos charlar en consulta y, sí y utilizo la palabra «charlar» porque no es lo mismo hacer una historia clínica que charlar con mis paciente.
Porque no solo hay que conocer la historia clínica de la paciente (muchas técnicas de la medicina tradicional siguen siendo nuestras aliadas), sino que hay que conocer también a la persona que hay detrás de esa historia.
Si a todo esto le sumas muchas de esas herramientas de las que los médicos nos hemos ido olvidando con los años (la psicología, la nutrición y suplementación alimentaria, la meditación…), podrás entender por qué lo llamamos medicina INTEGRATIVA.
Es decir, un manejo holístico de todos los elementos que tiene una persona.
Como extra, en muchas ocasiones es necesario trabajar conjuntamente varios profesionales para poder ayudar mejor a nuestra paciente. Pero eso ya es otro tema diferente.
En resumen
La medicina integrativa (ginecología integrativa en mi caso) es una manera de trabajar en la que ofrecemos una atención personalizada y holística de cada paciente. Que no es más que una forma de decir que miramos al paciente como un todo, no como la parte que le corresponde a nuestra especialidad.
Y lo hacemos para poder ofrecer un tratamiento individualizado con el que mejorar tu problema actual y, sobre todo, tu salud futura.
Por contra, al ser tan individualizada, no existen protocolos ni guías: cada paciente, en cada instante de su vida, va a necesitar aproximaciones y tratamientos diferentes.
Así que cada caso y cada situación tendrá una solución diferente.
Y eso, amiga mía, es bueno.
Tengo una newsletter en la que hago lo que mejor se me da hacer: hablar de esas cosas de mujeres que tanto preocupan y tan poco se hablan. Arrojo luz sobre todos los miedos, mitos, bulos, vergüenzas y otras oscuridades que empañan la salud femenina. También nos reímos mucho (sobre todo Pepa, ya verás), que la risa es necesaria. · Sé que lo sabes: el contenido de esos emails no es una «consulta online» ni sustituye a una consulta ginecológica. Acude a tu ginecólogo de confianza si necesitas ayuda médica ·No estás sola
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