Yo caí en sus manos de casualidad, en urgencias, mientras estábamos buscando nuestro segundo hijo y no llegaba. Desde ese momento supe que no quería otra ginecóloga cuando por fin me quedara de nuevo embarazada, y así fue. Y no pude tener más suerte porque luego fue de alto riesgo y me acompañó en todo momento durante todo el proceso, y al final obró el milagro. No puedo más que decir GRACIAS! y seguir viéndote cada año.